Fuente: dosmanzanas.com
El matrimonio formado por Nathan y Robert Gale ha ganado una demanda contra el bar de ambiente The Polo Lounge de Glasgow, la ciudad más poblada de Escocia, por discriminación basada en la discapacidad. A la pareja le fue denegada la entrada al local con la excusa de que no es accesible en silla de ruedas.
Los hechos ocurrieron hace ahora un año. Nathan y Robert Gale, que acababan de ganar un premio de la organización Equality Network derechos LGTBI, quisieron celebrarlo en uno de los principales locales de ambiente de Glasgow. Al llegar allí, los encargados les explicaron que el establecimiento no estaba equipado para el acceso en silla de ruedas, por lo que les negaron la entrada. Robert, que padece parálisis cerebral, explicó que podían simplemente alzar la silla para superar los escalones del acceso, pero la seguridad les siguió prohibiendo entrar al local.
El afectado incluso descendió de su silla y subió los escalones tirando de su propio cuerpo. Cuando Nathan Gale, que padece artritis y no puede estar de pie durante largos periodos de tiempo, pidió sentarse junto a su pareja que había quedado arriba en el suelo sin poder levantarse, los encargados de seguridad lo alejaron del local. El gerente de The Polo Lounge avisó a la policía porque, en su opinión, las víctimas de la discriminación se estaban volviendo “agitadas y violentas”.
La pareja desistió finalmente de entrar en el local pero difundió su historia, que se encontró con una avalancha de mensajes de apoyo en las redes sociales. Además llevaron al propietario del local ante la justicia por discriminación. Un año después, los tribunales les han dado la razón y han condenado a la empresa a pagarles una indemnización de 2.000 libras (unos 2.480 euros). El matrimonio se ha felicitado por la resolución favorable, que “manda un mensaje claro a los negocios en Escocia de que la discriminación por discapacidad es ilegal y no será tolerada, igual que no aceptaríamos la discriminación basada en la raza o la sexualidad”.
Un caso que aunque haya ocurrido en Escocia nos debería hacer reflexionar sobre las discriminaciones internas del colectivo LGTBI. En esta ocación se trata de la discapacidad, pero existen situaciones en las que pueden entrar en juego factores como la edad, el aspecto físico, la transfobia, la “plumofobia”, la raza, la nacionalidad o la posición socioeconómica.
El matrimonio formado por Nathan y Robert Gale ha ganado una demanda contra el bar de ambiente The Polo Lounge de Glasgow, la ciudad más poblada de Escocia, por discriminación basada en la discapacidad. A la pareja le fue denegada la entrada al local con la excusa de que no es accesible en silla de ruedas.
Los hechos ocurrieron hace ahora un año. Nathan y Robert Gale, que acababan de ganar un premio de la organización Equality Network derechos LGTBI, quisieron celebrarlo en uno de los principales locales de ambiente de Glasgow. Al llegar allí, los encargados les explicaron que el establecimiento no estaba equipado para el acceso en silla de ruedas, por lo que les negaron la entrada. Robert, que padece parálisis cerebral, explicó que podían simplemente alzar la silla para superar los escalones del acceso, pero la seguridad les siguió prohibiendo entrar al local.
El afectado incluso descendió de su silla y subió los escalones tirando de su propio cuerpo. Cuando Nathan Gale, que padece artritis y no puede estar de pie durante largos periodos de tiempo, pidió sentarse junto a su pareja que había quedado arriba en el suelo sin poder levantarse, los encargados de seguridad lo alejaron del local. El gerente de The Polo Lounge avisó a la policía porque, en su opinión, las víctimas de la discriminación se estaban volviendo “agitadas y violentas”.
La pareja desistió finalmente de entrar en el local pero difundió su historia, que se encontró con una avalancha de mensajes de apoyo en las redes sociales. Además llevaron al propietario del local ante la justicia por discriminación. Un año después, los tribunales les han dado la razón y han condenado a la empresa a pagarles una indemnización de 2.000 libras (unos 2.480 euros). El matrimonio se ha felicitado por la resolución favorable, que “manda un mensaje claro a los negocios en Escocia de que la discriminación por discapacidad es ilegal y no será tolerada, igual que no aceptaríamos la discriminación basada en la raza o la sexualidad”.
Un caso que aunque haya ocurrido en Escocia nos debería hacer reflexionar sobre las discriminaciones internas del colectivo LGTBI. En esta ocación se trata de la discapacidad, pero existen situaciones en las que pueden entrar en juego factores como la edad, el aspecto físico, la transfobia, la “plumofobia”, la raza, la nacionalidad o la posición socioeconómica.
por su contribución a los
0 comentarios:
Publicar un comentario