miércoles, 28 de marzo de 2012

Se sintió discriminado en la guardia de la comisaría


Un hombre de 36 años denunció ante Diario Patagónico haberse sentido discriminado por su condición homosexual. El sábado denunció a su pareja por maltrato y amenaza de muerte, pero en la Seccional Segunda le dijeron que no tenían personal y se negaron a trasladarlo al Hospital Regional. Hace poco hubo una capacitación para personal de guardia de comisarías, justamente para tratar casos de violencia familiar.

Horacio tiene 36 años y se reconoce homosexual desde que tiene uso de razón. La discriminación por su elección de vida es algo que nunca dejó de percibir y, como en muchos casos similares, la misma empezó en su entorno familiar. A esa vulnerabilidad se suma una discapacidad motriz que identificó como hemiplejia congénita izquierda.

En diálogo con Diario Patagónico, Horacio contó ayer que es estudiante universitario de la carrera de Ciencias de la Educación y que desde hace un tiempo vivía en la casa de Oscar, su pareja.

A raíz de una situación de índole privada, el sábado se originó una discusión que se tornó por demás violenta y Horacio fue golpeado con brutalidad en su cabeza, rostro y piernas. Recibió trompadas y patadas.
“Me decía que iba a matarme y no saldría vivo de la casa. Tenía dos cuchillos, me cortó en la pierna y debajo del ojo izquierdo. Como pude, logré zafarme  y ponerme a salvo, pero quedé con mucho miedo porque realmente no tengo dónde ir”, narró.

Buscó ayuda en la policía, por lo que llegó hasta la Seccional Segunda con su rostro ensangrentado y en estado de pánico. Allí intentó radicar la denuncia por el maltrato recibido y las amenazas de muerte, pero no se la tomaron.

“Me dijeron que no había personal para tomarme la denuncia y si quería, que fuera al Hospital y me hiciera atender. Yo les contaba lo que había pasado y me miraban como diciendo ‘jodete por puto’. Después me tomaron los datos, los anotaron en un papelito y listo. Les pedí si me podían llevar al Hospital para que me revisaran pero resulta que no tenían móviles. No tenía dónde ir a parar y por favor les pedí si me podían llevar a la casa de una amiga, pero insistieron con que no tenían móvil”, contó.

“UNA BURLA”
Más adelante, Horacio aseguró que con este tipo de tratos “uno se siente cada vez más desprotegido. Me pedían los policías que les lleve la ley de matrimonio igualitario para leerla porque no la tenían. Una burla”.

De todas maneras, el hombre regresó al lunes a la Seccional Segunda para insistir con la denuncia. Finalmente se la tomaron y le sacaron fotografías, aunque le dijeron que él tenía que llevarles el certificado de las lesiones.
Paradójicamente, esta situación se contradice con la reciente capacitación que se llevó a cabo en la sede local de Ministerio de Gobierno, la cual estuvo destinada justamente al personal de guardia de comisarías para mejorar el trato que se deben tener con una víctima de violencia familiar o de género, dado que es el primero que interviene en el asunto.

“Por estos días me quedé en la casa de una amiga, pero realmente no tengo dónde ir. Igual, lo que necesito con urgencia es recuperar mis cosas, en especial mis libros de la universidad, pero con lo que me hizo este sujeto estoy atemorizado y no me atrevo a buscar las cosas solo”, dijo finalmente.

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